Concierto Enrique Bunbury en Sevilla


Un poco tarde, pero seguro... Estaba pendiente Sevilla, pero acá les dejo... 

Iram Martínez / revistawego@gmail.com

El hombre delgado sigue sorprendiendo

El club de los imposibles, La Señorita Hermafrodita y un “Buenas noches cabrones” dieron la bienvenida a los cerca de tres mil asistentes al concierto de Enrique Bunbury en Sevilla. Hacía un año que el zaragozano no se reunía con sus fieles, la última vez fue durante la gira de reencuentro de Héroes del Silencio.

Cientos de camisetas negras con el logotipo de la banda se paseaban por San Pablo desde horas antes del evento. Con el color negro habitual de su vestimenta, Bunbury tocó Solo si me perdonas mientras las palmas del público acompañaron al zaragozano y las pantallas que cubrían ambos lados del escenario mostraban imágenes de un tablao.

“Los invito a ser libres dentro de una canción”, con estas palabras Bunbury presentaba De Mayor, uno de los temas más coreados de la primera mitad del concierto, aunque si bien es cierto los más fieles bailaron y cantaron de principio a fin.

“Ahora viene una canción premonitoria, aunque nos gustaría que no fuera así”, ante los primeros acordes salta el público y comienza El Extranjero, después, vino el momento de presentar las canciones de su último disco Hellville De Luxe. La primera en llegar fue Hay muy poca gente, single en el que se ve a Bunbury y su gente más cercana recibiendo porrazos a tutiplén. Justo después nos anuncia una canción positiva que resulta ser Porque las cosas cambian también del Hellville

“Saben ustedes que nadie viene de la nada…todos tenemos una madre. Les voy a explicar cuál es la madre del cordero que está aquí arriba…Porque venimos de la música negra, venimos de África y yo en realidad soy negro, la cara es puro maquillaje. ¡Dales en la madre cabrón!”, le grita a Álvaro Suite y entonces comienza un blues que poco a poco va tomando forma y se convierte en Infinito.

Momento de silencio, la banda se retira y de las pantallas se comienzan a ver locuciones e imágenes de películas de Serie B, es el momento de que El Hombre Delgado que no Flaqueará Jamás tome su turno.


Tercer cambio de ropa y Enrique aparece con una cazadora rusa. El piano en solitario comienza con los primero acordes de Si. “Todo Valió un Zarpazo al corazón” cantan casi 3 mil voces que se apoderan del tema. “Cariño, mi vida, criatura de rubí…” lo hacen tan suyo que a pesar de las señas de Bunbury para no adelantar el final, Enrique tiene que esperar a que el respetable termine para poder hacer su final planeado

“Vamos a hacer una canción importante“, aprovecha para afinar la guitarra, pide un Mi mayor, para tocar una canción en menor y comienza una canción verdaderamente importante, los pelos se me erizan mientras escucho los primeros acordes el El Rescate.

Momento de presentar a la banda: Álvaro Suite, con las guitarras y mandolina; Jordi Mena, guitarras, dobro, lap steel y banjo; Robert Castellanos en el bajo; Jorge “Rebe” Rebenaque, hammond, piano y acordeón; y Ramón Gacías, batería y percusión. Terminado esto pide un favor al público “porque las cosas ahí fuera están muy mal, así que les pido que cuando estén fuera apuesten siempre…apuesten por el Rock And Roll”, único tema que saca del repertorio de Héroes del Silencio.

Amenaza con irse, “una más y no jodemos más”, nadie se lo cree, tanto tiempo y sólo una hora y media de concierto es inconcebible, Cuando Enrique vuelve al escenario viene con una Lady Blue vestida de Rock, transformada con guitarras más sólidas y arropada por las imágenes del Viaje a la Luna de Meliés.

Al terminar, vuelven a salir del escenario, pero vuelve con una copa, pide a los camareros de la barra que inviten a todos a una ronda “de parte de la Junta…no lo van a notar” Brinda por Triana y por Silvio y por todos los presentes, deseando Que tengan Suertecita. Otro tema acompañado por los gritos de los fans que en algunos momentos logran apagar el sonido de la banda.

Coge de nuevo la electroacústica de doce cuerdas y advierte que viene una canción triste, especial para sentirte acompañado… El viento a favor, en la dirección correcta, no lo dejan salir del escenario, cada vez que sale las palmas lo traen de vuelta, interpreta No me llames cariño. Al finalizar pide atención, “queremos hacer una canción especial para Sevilla, la hemos preparado para este concierto. Una versión de Rezaré de Silvio, interpretada por los seis músicos sirve como homenaje al mítico rockero sevillano que en palabras de Búnbury es el único que merece una medalla al mérito rockero.

Siguen los bises, hace más de una hora que anunció por primera vez el final, pero se ha guardado tres cartuchos para el final, tres tiros certeros con Al Final, Canto (el mismo dolor) y El tiempo de las Cerezas. Las luces se encienden para anunciar el verdadero final, mas de dos horas y media de concierto y muchos temas en el tintero. Hay cientos de corazones rotos dentro de camisetas negras que esperaban algo más de Héroes. Tendrán que aprender que Enrique Bunbury tiene todavía mucho que ofrecer y sin necesidad de recurrir al repertorio de su antigua banda.

Mención especial para el diseñador/a del escenario, todos los elementos confluyen bastante bien y las pantallas no restan protagonismo a la música. Excelente puesta en escena. También para el equipo de sonido que supo controlar muy bien los ecos de San Pablo.








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