Bunbury presenta su infierno
ALBERTO MAS
VALENCIA.- El rastro que ha ido dejando a lo largo de su gira delata lo que esta noche va a ocurrir en el pabellón de la Fuente de San Luis (22 horas): una descarada apuesta por el rock&roll. Enrique Bunbury defiende su envite, ‘Hellville de Luxe’, por penúltima vez en España antes de emprender su aventura musical en Estados Unidos y México.
Dicen que vuelve a los escenarios con más cuero y guitarras que nunca gracias a una nueva banda (Álvaro Suite y Jordi Mena a las guitarras; Robert Castellanos al bajo; Jorge Rebe Rebenaque con los teclados y Ramón Gacías, batería) que le ha ayudado a reinventarse por enésima vez.
Una etapa que empieza en el verano de 2005 con la fulminante separación de sus compañeros del Huracán Ambulante, con los que logró un sonido inconfundible y un espectáculo deliciosamente ‘freak’ en los directos, y que prosigue con una búsqueda espiritual alejado de los estudios de grabación.
El ‘nuevo’ Bunbury se deja al fin ver de la mano de Nacho Vegas con el trabajo ‘El tiempo de las cerezas’ (2006) y poco después se produce el ‘milagro’ que cientos de miles de fieles al rock esperaban ver desde hacía una década: la resurrección –efímera- de Héroes del Silencio.
Fue una cordial y suculenta reunión de amigos reencontrados por una cuenta pendiente: despedirse como Dios y el público mandan. Finalmente, el mítico grupo ofreció diez macroconciertos, uno de ellos todavía se recuerda por Cheste (para lo bueno y para lo malo). El veneno de un sonido que –casi- llegó a deshacerse en sus primeros discos en solitario, volvía así a correr por las venas del artista.
El zaragozano no puede ni quiere evitar esa nueva sensación que le empuja vertiginosamente hacia el rock y el blues en ‘Helville de Luxe’ y así lo está reflejando en su gira.
El ‘último’ Bunbury no ha matado al divo de antaño, ese que roza lo teatral con sus gestos mientras desgarra sus creaciones en público ni se ha desprendido de una puesta en escena cuidada al detalle. Y tampoco hay una pérdida garrafal de genialidad en sus letras, pese a la polémica por sus fuentes de inspiración. Pero ahora existe más brutalidad, intensidad y empeño.
Aviso para navegantes: muchos de los ‘shows’ de Hellville de Tour han arrancado con ‘El club de los imposibles’, ‘La señorita hermafrodita’ y ‘Hay muy poca gente’. Bienvenidos al infierno.
Fuente: El Mundo
VALENCIA.- El rastro que ha ido dejando a lo largo de su gira delata lo que esta noche va a ocurrir en el pabellón de la Fuente de San Luis (22 horas): una descarada apuesta por el rock&roll. Enrique Bunbury defiende su envite, ‘Hellville de Luxe’, por penúltima vez en España antes de emprender su aventura musical en Estados Unidos y México.
Dicen que vuelve a los escenarios con más cuero y guitarras que nunca gracias a una nueva banda (Álvaro Suite y Jordi Mena a las guitarras; Robert Castellanos al bajo; Jorge Rebe Rebenaque con los teclados y Ramón Gacías, batería) que le ha ayudado a reinventarse por enésima vez.
Una etapa que empieza en el verano de 2005 con la fulminante separación de sus compañeros del Huracán Ambulante, con los que logró un sonido inconfundible y un espectáculo deliciosamente ‘freak’ en los directos, y que prosigue con una búsqueda espiritual alejado de los estudios de grabación.
El ‘nuevo’ Bunbury se deja al fin ver de la mano de Nacho Vegas con el trabajo ‘El tiempo de las cerezas’ (2006) y poco después se produce el ‘milagro’ que cientos de miles de fieles al rock esperaban ver desde hacía una década: la resurrección –efímera- de Héroes del Silencio.
Fue una cordial y suculenta reunión de amigos reencontrados por una cuenta pendiente: despedirse como Dios y el público mandan. Finalmente, el mítico grupo ofreció diez macroconciertos, uno de ellos todavía se recuerda por Cheste (para lo bueno y para lo malo). El veneno de un sonido que –casi- llegó a deshacerse en sus primeros discos en solitario, volvía así a correr por las venas del artista.
El zaragozano no puede ni quiere evitar esa nueva sensación que le empuja vertiginosamente hacia el rock y el blues en ‘Helville de Luxe’ y así lo está reflejando en su gira.
El ‘último’ Bunbury no ha matado al divo de antaño, ese que roza lo teatral con sus gestos mientras desgarra sus creaciones en público ni se ha desprendido de una puesta en escena cuidada al detalle. Y tampoco hay una pérdida garrafal de genialidad en sus letras, pese a la polémica por sus fuentes de inspiración. Pero ahora existe más brutalidad, intensidad y empeño.
Aviso para navegantes: muchos de los ‘shows’ de Hellville de Tour han arrancado con ‘El club de los imposibles’, ‘La señorita hermafrodita’ y ‘Hay muy poca gente’. Bienvenidos al infierno.
Fuente: El Mundo
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